VIDA.EXE
DESAFÍOS Y AVENTURAS DE LA BIOINFORMÁTICA
1 libro Autor MARTÍN BANCHERO, JUAN PABLO BUSTAMANTE, ESTEBAN
LANZAROTTI, R. GONZALO PARRA, MARÍA VICTORIA REVUELTA, NICOLÁS STOCCHI, ELIN
TEPPA Y DIEGO JAVIER ZEA
Editor Fondo de Cultura Económica
PRIMERA EDICIÓN 2021
LIBRO POR ENCARGO
¿De
qué modo la computación y la informática ampliaron y modificaron los
conocimientos sobre las ciencias de la vida? ¿La bioinformática representa
realmente una ruptura de paradigmas o es más de lo mismo con otro formato? ¿La
matemática puede ayudarnos a entender cómo se propaga una epidemia y qué
medidas se pueden tomar para detenerla? ¿El Proyecto Genoma Humano fue el fin
de algo o apenas el principio? ¿El ser humano puede crear vida artificial?
¿Es
posible diseñarla a través de una computadora? ¿Seremos eternos e inmortales
con cuerpos artificiales y mentes digitales? En Vida.exe, un grupo de jóvenes
científicas y científicos cuentan cómo la revolución tecnológica impactó en la
biología, explican el pasado de ese extraño centauro que es la bioinformática y
lo usan de excusa para dar cuenta de cómo se trabaja actualmente desde la
ciencia para intentar descifrar los enigmas de la vida
Cuando
contamos con suficiente información, no solo somos capaces de entender bastante
sobre el funcionamiento de las moléculas, las células, los organismos y sus
comunidades, sino también de predecirlo y replicarlo. Esto abre la puerta a
prácticas que hace veinte años parecían de ciencia ficción, pero hoy son muy
reales, como la biología sintética, la edición de genomas y la medicina
personalizada. En un futuro muy próximo, la forma en que entenderemos la
biología molecular, la agricultura y gran parte de la medicina estará
inexorablemente atravesada por la bioinformática
"Entender
cómo funcionan los seres vivos no solo es un fin en sí mismo, sino también una
para mejorar nuestra vida y la de todas las especies que habitan el planeta
DEL PRÓLOGO:
QUIENES
escribimos este libro (todos modelo ochenta y pico, joya, nunca taxi)
pertenecemos a la generación millennial, esa que, en general, no nació con una
computadora bajo el brazo, sino que aprendió a usarla en la niñez o en la
adolescencia. Conocemos cómo era la vida cuando la música se escuchaba en un
walkman y para hacer planes con un amigo tenías que llamarlo al fijo, pero
también nos adaptamos con facilidad al mundo digital e hiperconectadas de las
últimas décadas. Es muy probable que encontremos diferencias en la forma en que
vivimos la revolución tecnológica si consultamos a una persona de la generación
de nuestros padres (que llegaron más tarde al mundo digital) o de la que nos
sigue (los nativos digitales). Sin embargo, todos estaremos de acuerdo en que
la tecnología ha transformado de manera radical la forma en que vivimos y
pensamos. Las ciencias en general, y las ciencias de la vida en particular, no
han sido la excepción
Para
comprender la relación entre la biología y la tecnología, debemos remontarnos a
un tiempo atrás. Si nos aventuramos a pensar en los orígenes de la biología
(cuando todavía no se llamaba biología), nos vamos a encontrar con que los
primeros acercamientos respondieron a la necesidad de conservar los grandes
volúmenes de frutas y granos generados en el inicio de la agricultura, hace más
de diez mil años. Más adelante, se desarrollaron procesos que utilizamos hasta
hoy, como la fermentación para fabricar cerveza o pan. Bastante más tarde (alrededor del 2000 a. C.)
comienza a tomar forma en diferentes puntos geográficos (Mesopotamia, China y
Egipto) otra de las disciplinas de la ciencia de la vida: la medicina. En ese
momento, estaba lejos aún de su forma actual y era una especie de mezcla entre
la magia y una cierta ciencia racional. El cambio de paradigma llegaría a fines
del Renacimiento europeo y comienzos de la Era Moderna (entre los siglos XVII y
XVIII), cuando la biología se transformó en algo parecido a lo que estudiamos
actualmente en escuelas y universidades. En este punto los biólogos (entonces
denominados médicos, botánicos o naturalistas), sin buscar una aplicación
inmediata del conocimiento, dedicaron sus obras a describir “la vida” con rigor
científico
Las
ciencias de la vida se cristalizaron en manuales de anatomía, herbarios y
bestiarios. Dichas obras fueron posibles gracias al desarrollo de mecanismos y
aparatos que permitieron expandir los límites de lo conocido. Y, a su vez, este
nuevo conocimiento llevó a producir mejores dispositivos. La indispensable sinergia
entre ciencia y tecnología
Recién
con la llegada del siglo XIX, la biología se transformaría definitivamente en una
ciencia moderna. En la misma época, dos grandes científicos trabajaban en
paralelo para tratar de entender cómo se había diversificado la vida en nuestro
planeta desde los primeros organismos formados por una sola célula hasta las
aves, los mamíferos y los demás seres vivos que existen hoy
Por
un lado, Charles Darwin embarcaba a bordo del Beagle para su travesía por la
costa atlántica de América del Sur. Por el otro, Alfred Wallace se encontraba
en un periplo por el archipiélago malayo. Ninguno sabía en qué trabajaba el
otro (¡faltaban casi doscientos años para que existieran las redes sociales!),
lo que hace más maravilloso aún que hayan llegado a la misma conclusión. Esas
ideas dieron lugar al paradigma de la evolución de las especies, que atravesó las
ciencias de la vida desde entonces
A
esta altura, cabe preguntarse: ¿a qué viene tanto preámbulo?
El
motivo de este breve repaso por la historia de las ciencias de la vida no es
otro que el de mostrar las múltiples transformaciones que ha sufrido su razón y
forma de estudio a lo largo del tiempo. La visión naturalista de hace dos
siglos ha dado paso a otra manera de estudiar la biología más orientada hacia
los datos. Este cambio de paradigma vuelve preponderante el rol de las
tecnologías de la información, de las que la biología se nutre para formar esta
nueva disciplina que es la bioinformática
La
bioinformática es el eje del libro, pero también, en cierto modo, es una excusa
para contar cómo los científicos trabajan para intentar comprender los enigmas
de la vida
En
las próximas páginas, analizaremos el recorrido que han realizado las ciencias
de la vida hasta convertirse en ciencias de la información, asistidas por
algunas disciplinas jóvenes (como la informática) y otras bastante veteranas
(como la matemática). Veremos cómo este grupo heterogéneo de ciencias nos
permite acercarnos un poquito más hacia la comprensión de algún aspecto puntual
del funcionamiento de los seres vivos. Podemos explorar lo que pasa dentro de
una célula con la simulación del movimiento de moléculas y sus interacciones
desde la pantalla de la computadora. O estudiar cómo células de diferentes
tipos se agrupan para formar un tejido y un órgano. Incluso podemos ir a una
escala mucho más grande para analizar cómo la introducción de una especie
exótica en un área natural puede disminuir las poblaciones de especies autóctonas
A
medida que crece nuestro conocimiento de los sistemas biológicos, se vuelve más
factible uno de los argumentos clásicos de la ciencia ficción: ¿el ser humano
puede crear vida? O, en este caso, ¿podemos diseñar la vida desde una
computadora? Aunque parezca lejano, cada día estamos un poco más cerca de que
esto sea factible (¡no lo intenten en sus casas!)
Trabajar
con computadoras tiene una ventaja adicional: es relativamente barato cuando se
lo compara con los costos de tener un laboratorio en funcionamiento. Durante el
desarrollo de un nuevo medicamento, usualmente miles de compuestos candidatos
quedan en el camino, porque no sirven para lo que deberían o tienen demasiados
efectos adversos. Si cada uno de esos candidatos tuviera que probarse en el laboratorio,
estaríamos hablando de una inversión de tiempo y dinero considerable, pero
afortunadamente gran parte de las pruebas pueden realizarse en computadoras,
para que solo los más prometedores lleguen a los ensayos preclínicos y clínicos
En
resumen, la bioinformática se ocupa de la creación de modelos amplificados de
la realidad que nos permiten entender mejor un fenómeno y realizar predicciones
sobre el comportamiento del sistema en
caso de que algo cambie
Este
es un libro sobre la vida… ¡pero en bits!
Posdata.
Vida exe estaba a punto de imprimirse cuando la historia (y, con ella, las
imprentas) pareció detenerse por la pandemia del nuevo coronavirus. Como no se podía
gambetear el tema, que fue una bisagra (también) para la ciencia, hemos
agregado un último capítulo que reúne al menos una pequeña parte de las
relaciones entre las disciplinas que abundan en el resto de los capítulos y ese
fragmento de no vida bautizado SARS-CoV-2 qué se sabe de su origen, del análisis
matemático de las pandemias y de las respuestas humanas a un problema que es,
al menos en parte, humano, demasiado humano
DE LA PRESTIGIOSA COLECCIÓN TEZONTLE
ÍNDICE
Cubierta
Portada
Sobre
este libro
Sobre
los autores
Agradecimientos
Prólogo
I.
Sopa
de letras,
por Germán A. González
II.
Guía
para escalar una montaña de datos,
por Germán A. González
III.
El
árbol de la vida,
por Germán A. González, Nicolás Stocchi
y María Victoria Revuelta
IV.
La
vida secreta de las moléculas,
por Juan Pablo Bustamante, R. Gonzalo Parra
y Nicolás Palopoli
V.
El
mundo es un pañuelo,
por Diego Javier Zea
VI.
Sobre
gallinas y engranajes,
por R. Gonzalo Parra, Juan Pablo Bustamante y Nicolás Palopoli
VII.
¿Big
bang? No, Bio bang,
por Esteban Lanzarotti, Lionel Uran Landaburu y Martín Banchero
VIII.
Diseñado
para vos,
por Germán A. González
IX.
El
genoma después del genoma,
por Germán A. González y R. Gonzalo Parra
X.
El
poder de las masas,
por Elin Teppa
XI.
El
rey desnudo y sin corona (virus),
por Germán A. González
Epílogo
Créditos
FICHA TÉCNICA:
1
Libro
176
Páginas
En
formato de 21 por 14 cm
Pasta
delgada en color plastificado
Primera
edición 2021
ISBN
9877192055
Autor
MARTÍN BANCHERO, JUAN PABLO BUSTAMANTE, ESTEBAN LANZAROTTI, R. GONZALO PARRA,
MARÍA VICTORIA REVUELTA, NICOLÁS STOCCHI, ELIN TEPPA Y DIEGO JAVIER ZEA
Editor
Fondo de Cultura Económica
FAVOR DE PREGUNTAR
POR EXISTENCIAS EN:
Correo
electrónico:
alfonsomonarrez@gmail.com
Celular:
6671-9857-65
Gracias
a Google por publicarnos
Quedamos
a sus órdenes
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